viernes, 12 de diciembre de 2008

AUTOBIOGRAFÍA BREVE DE UN TEATRERO POETA

Nací en una madrugada marcada en el calendario como seis de diciembre cuando el mundo de los cantantes lloraba a Jorge Negrete, de allí surgió mi primer nombre, el segundo David, que es mas conocido, vino de un amigo defensor de mi hermano mayor quién siempre se las ingeniaba para cometer una que otra pilatuna . Mi apellido Castellanos viene del hermoso Municipio de Cucaita y Velandia proviene del apacible lugar conocido como la Vereda “El Cuche” del municipio de Santa Rosa de Viterbo. Por gracia de Dios lancé mi primer grito en la “Roma de los Chibchas” y después lo seguí haciendo pero en el teatro y la poesía. Eso sí, primero el teatro con el que he recorrido algunos municipios y las tres principales ciudades de nuestro hermoso departamento, además de Paz de Ariporo en Casanare y Arbeláez en Cundinamarca. Con la poesía he recorrido caminos intensos, intrincados, inverosímiles. Como madrugue a la vida también lo hice al mundo de los sueños que a través del Teatro y de la Poesía se han plasmando y ya iniciaron a recorrer los senderos culturales del mundo inicialmente por los paises de hispanoamérica con la Antología "LA MUJER ROTA" editada por LITERARIA EDITORES" de la ciudad de Guadalajara del estado de Jalisco en la República de Mexico, obra que fue lanzada el pasado 6 de diciembre.
¿Cómo se inició todo? Gracias a Dios mis padres me criaron entre chibaletes llenos de cajas con aquellos amados “tipos” de impresión y cada uno tenia una letra, otros signos ortográficos que colocados uno a uno en un aparato llamando componedor se iban formando palabras, luego frases que se crecían hasta formar párrafos y terminaban edificando artículos, en otras palabras los tuve en mis manos antes que los lápices. Pero también mis fosas nasales percibieron primero los olores de la tinta de impresión que de aquellos emanados de las frutas. Antes de conocer los cuadernos con sus bellas líneas jugué con tiras de papel que salían de la guillotina. Los diarios “EL TIEMPO” y “EL ESPECTADOR” los conocí después de los periódicos “EL SOL” y “ACCIÓN CIVICA”. Mis primeros pasos recorrieron los espacios que dejaban las máquinas de impresión, los estantes con papel de varios colores y los ya mencionados chibaletes. En otras palabras, mis primeros recuerdos están ligados entrañablemente a la añorada Tipografía “EL FARO”. Los segundos vienen de las charlas familiares que aderezaban las comidas en torno a una antigua mesa de sastrería allí junto a la estufa de carbón, que giraban en tres temas comunes: La Biblia, la literatura y la pedagogía. En estas descubrí el amor divino, las enseñanzas de Cristo, la sabiduría que brota de la Palabra de Dios Antes de aprender a leer me enteré de las narraciones de Julio Verne, los sufrimientos de Jean Valjean o Juan Valena, las aventuras de D’artañan y sus tres amigos, recuerdo en especial una novela que leía Doña Carmen (mi madre) en un libro de hojas de seda llamada “LA MADRECITA”, si que daba gusta escuchar a Don Yeyo (mi padre) quién era uno de los mejores oradores que he conocido y las ocurrencias de Doña Soledad (mi tía) y los aportes de mis hermanos mayores, no sobra decir que soy el menor de cinco hermanos. Se me olvidaba que en ellas –las charlas- descubrí las hermosas honduras de la profesión de maestro.

Si en su caminar encuentra escritos con la firma de Indígena Blanco, no lo dude, son de mi autoría. Por ahora compartiré parte de mi producción poética con ustedes y mas adelante la teatral...

Jorge David Castellanos Velandia

1 comentario:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Profesor Castellanos...

Muy bien elaborada su autibiografía, se ubica uno facilmente en aquellos tiempos.

Dando click en la fotografía podrá entrar a mi blog y en él encontrará los enlaces de las páginas que le comenté.

Espero que pueda configuar bien su blog para seguirnos visitando e intercanbiando ideas.

¡Feliz Año!

Rafael Lizarzo.