Hoy deseo compartir poemas que van desde lo epico, romantico y erótico.
LOA A UNA TRAICIÓN
“A los indígenas la policía les dio garrote durante sus luchas, a nosotros nos respetaron” Edgar, un maestro caminante
Una lanza,
una lanza aliada
me atravesó
penetró por la espalda
llegó hasta el alma.
Mi sangre regó
la tierra sagrada
que vendí al mejor postor.
Las lágrimas como río impetuoso
mancharon la hierba,
solo las piedras escucharon
ininteligibles gemidos,
mis hermanos de raza
se alegraron con mi muerte…
Confirmé su realidad
cuando bajaba
al centro de la tierra
cruzando el gran río
en la barca fabricada
con telas de araña
ahora hablo desde los caminos
y barrancos de tierra amarilla,
En la otra vida
fui conocido como Pacanchique
hijo preferido de Baganique
otrora gran señor
de las tierras de Ramiriquí.
Era su heredero
pude haber gobernado
pero no fui cacique…
¿En qué momento lo perdí todo?
Quizá cuando el amor despertó
mi juvenil corazón;
ah Naganta, mi Naganta
de grandes y hermosos ojos negros,
negros de ver endrinas
cautivadores, delicados.
Su piel morena,
en ella los dioses
depositaron el encanto
la suavidad al tacto
la textura
de nuestra tierra sagrada.
Sus labios delineados
por el cincel de un artista
de los cuales brotaba
cantarina y pura
la voz de Bachue.
Los dientes que muchas veces
mordieron suavemente mis carnes
tan blancos como gránulos de maíz
bien alienados como en una mazorca tierna.
Su elegante cuerpo parecía
no haber salido de un ser humano
fue forjado en los talleres cercanos al sol,
caminaba cimbreante
como chizos movidos por la brisa.
Cuando paseábamos las miradas
nos perseguían,
unas con admiración
otras pletóricas de envidia,
siempre los murmullos nos seguían…
El tirano organizó en Hunza
una gran fiesta
mi padre como su gran amigo
tendría el sitio de honor,
yo como su heredero
lo debía acompañar,
insistí en llevar a mi amada
ese fue mi primer error.
El cruel Quemuenchatocha
con mirada lasciva
pretendió ocupar mi lecho nupcial
y la llevó a su harén,
mi padre y mi familia se humillaron
le rogaron de rodillas
y el bastardo no escuchó,
nos repudió.
Colmados de tristeza
y caminando a nuestra tierras
urdimos un plan…
mi padre arrancando unas nobles hierbas
unas las mezcló con tierra,
otras con agua cristalina de un arroyo,
me indicó como usarlas
y partí en busca de mi princesa
cuando el color plateado de la noche,
se dejaba ver en los dominios del déspota
cual cazador furtivo me acerqué
a la prisión elegante de Naganta
Los guardias durmieron al probar la bebida,
mi amada se resistió al principio,
al percibir el suave aroma
de aquel elixir
fruto de la mezcla de hierbas
y el sudor de mi mano
reclinó su tierna faz en mi hombro
fue presa de bellos sueños:
en mis brazos la llevé,
flotando en las nubes del amor
y las alas de guincha en mis pies,
a donde Baganique
impaciente esperaba.
“Hijo recupere el tálamo que le quisieron robar…
yo estaré vigilante por si nos descubren”
besando sus nudosas manos agradecí.
Con besos suaves,
acompañado de la luna
con el ulular de los búhos,
el canto de la cigarras
despertó,
me quiso hablar,
la cerradura de nuestros labios
lo impidieron.
nos quitamos las mantas
nuestras bocas recorrieron
hambrientas los cuerpos,
el sudor se confundió
con el aroma de la noche
nuestras carnes palpitaron
los gemidos hicieron coro
con los animales nocturnos,
las manos recorrían
cada rincón de nuestros cuerpos…
Gritos lejanos
gritos cercanos
la noche se paralizó…
“Hijos nos descubrieron,
vienen los soldados del Zaque;
huyamos”
Rápidamente nos vestimos
nos cayeron los zamuros,
Naganta tropezó,
la apresaron
intenté ayudarla..
Solo la escuché gritar:
“Huye, mi amado, huye”
Nos miramos y escapé,
me oculté en la oscuridad…
Escuché a mi padre gemir
a mi amada gritar;
quise salir de mi escondite
la cobardía paralizó mi cuerpo,
perdí el sentido.
.
Perlas de rocío me despertaron
agazapándome me acerqué a Hunza
estaba desolada
la vocinglería de la turba
me indicó el lugar fatídico
en la cumbre...dos horcas
dos cuerpos se balanceaban…
Baganique y Naganta.
Llorando como mujer me arrodillé
miles de pensamientos se agolpaban
la sed de venganza se hizo presente,
el tiempo desapareció…
Regresó cuando una mano se posó
en mi hombro,
miré a una mujer,
su rostro ensangrentado
además muy cansado,
su manta echa jirones
sus pies destrozados.
Me habló suavemente.
Sin parar derramé la historia
en una cascada de palabras;
me habló de unos seres extraños
aparecieron en su tierra Bacatá
a veces caminas con cuatro pies
luego en dos
con pieles brillantes y duras
con palos cual truenos
vomitando fuego
y otros que cortaban indígenas.
Con cabezas raras
peludas caras
buscadores de oro.
Una chispa atravesó mi cabeza,
ellos ayudaran a mi venganza
les daré el metal que quieren.
Los buscamos
nos humillaron
nos humillamos
nos entendimos
y los guiamos
primero a Hunza
allá los dioses
me premiaron con la venganza
al despótico tirano.
Ello no me sació
quise acabar con Suamox
vi el templo sagrado arder.
Mi odio los quería llevar
cerca de los montes muy fríos.
De regreso a Hunza,
en las llanuras de Bonsa
enjambres de indígenas,
abejas asesinas nos atacaron.
los hermanos de raza cayeron
arrasados por nosotros,
me sentí feliz
viéndolos morir,
mi cuerpo servía a la venganza.
De un indígena muerto
tomé su corona de plumas
y armado de flecha y arco,
cuando pretendía disparar
a uno de mi propia raza
uno de los blancos me clavó
su lanza en mi espalda.
Con el sabor de sangre
apañando la hierba
con mis crispados dedos
tarde comprendí
lo de un tal Judas.
Vi llegar al hermano
armado de su red
para atraparme.
Así merecía morir
fui uno mas de los traidores
de mi propia raza…
esta especie de hombres
mueren por la espalda.
Estoy viendo
los bohíos dorados
hermosas labranzas
mis antepasados disfrutan
y yo sintiendo azotes
traspasando
mis carnes inexistentes
penetrando en mis profundidades
atormentándome durante infinidad de lunas.
En nuestro país hay unas personas que en estas fiestas no han estado cerca a sus seres queridos y que todos los colombianos anhelamos ver libres.
PRISIONEROS SIN DELITO
(Para los que aún quedan)
Suave rumor
no es de libertad
tampoco saludo maternal,
suave rumor
se golpea el cambuche
no es alegría musical,
suave rumor
presencia de ser misterioso
ligero estremecimiento
se golpean los eslabones,
suave rumor
serpenteo cercano
silbido reptilineo
respiración acelerada
las cadenas tornasen pesadas
sonidos de alimaña huyendo
sudor pegajoso
silencio peligroso
sueño ausente.
Una noche mas
lejos del hogar
con amanecer de esclavitud
Hay un poema que unos consideran erótico y otros no, lo dejo a su consideración:
PAPEL
Tengo las palabras
construí versos,
no puedo plasmarlos
tienes lo que falta
préstame tu piel
allí escribiremos poemas.
Termino compartiendo uno que ha gustado a los intelectuales como a personas sencillas:
CULPABLE
Todos te acusan
tu abogado no te defiende
el fiscal te señala
el jurado está de acuerdo
la sala en pleno te culpa.
No hay argumentos
nada te absuelve
yo estoy de acuerdo.
Se buscan evidencias
allí están
es mas, tu las tienes.
Son pruebas tus ojos,
hay testimonio en tu boca
tu nariz te acusa,
tu cara lo denuncia,
tu cuerpo lo declara.
Tu voz no se escucha
si hablas hay mas pruebas.
El tiempo pasa
todos te miramos.
¿De qué se te acusa?
Dice una voz
eres culpable;
¿El delito?
al fin preguntas,
todos respondemos:
Eres bella.
Jorge David Castellanos Velandia
INDÍGENA BLANCO